Las playas, faros y rutas de senderismo son la tónica general de cualquier destino isleño, y las Cíes no constituyen una excepción. Pero a diferencia del resto, este archipiélago vigués posee una formación única en el Parque Nacional marítimo y terrestre de Las Islas Atlánticas: el Lago dos Nenos.

El Lago dos Nenos es uno de los lugares de interés en las Islas Cíes por su peculiar situación, entre las islas de Monteagudo y del Faro, rodeado por un sistema de dunas y un dique artificial. Pese a su denominación, sus características se ajustan más a las de una laguna o lago somero.

De aguas saladas, este lago sirve de hábitats para mojarras, mújeles, maragotas, anguilas, abadejos y otros peces marinos, además de las especies vegetales típicas de estas masas de agua. La fauna aviar está compuesta por correlimos comunes y tridáctilos, andarríos chicos y otras aves marinas que nidifican y fijan sus refugios en este lago, así como en los acantilados de las Cíes.

Pese a sus reducidas dimensiones, el Lago dos Nenos alberga todo un ecosistema que, en cierto modo, es una miniatura de la biodiversidad existente en el parque al que pertenece. Su origen geológico guarda estrecha relación con la cercana playa de Rodas, que junto con las arenas de las dunas más próximas, propiciaron el desarrollo de una pequeña cuenca aislada del océano, al menos en parte.

Además de su biodiversidad, el Lago dos Nenos atrae al viajero por su proximidad con uno de los arenales más famosos de la Península, la playa de Rodas, reconocida como la ‘mejor playa del mundo’ por el diario inglés The Guardian.

La primavera y el verano son una época idónea para descubrir este destino. Los temporales de invierno traen consigo una subida del nivel de las aguas que hace desaparecer, en momentos puntuales, el Lago do Nenos y la cercana Rodas.