Si quieres que tu casa cambie radicalmente de imagen y se vea más limpia, más moderna y mucho más fresca, una mano de pintura puede ayudarte. O, casi mejor, dos manos ya que incluso al comprar pinturas especiales que prometen una sola aplicación, nos encontraremos conque, por lo general, sin una segunda mano el resultado no es el esperado, sobre todo si se quiere pintar sobre un tono oscuro. Eso sí, elegir una pintura de calidad hará que el resultado sea mucho mejor y que la pared quede mucho más bonita y se mantenga así mucho más tiempo. Elige pinturas lavables para poder limpiarlas sin problema si se salpica alguna mancha, sin perder el color.
Pero ¿qué color elegir para la casa? Todo depende de gustos y también de lo que se quiera invertir. Si se quiere un resultado bueno, pero ahorrando al máximo, pintar toda la casa de un mismo tono será la mejor opción. Además, si el color es el blanco, ahorraremos también en tiempo ya que no es necesario recortar el techo porque todo irá en el mismo tono. Además, el color blanco es tendencia, con lo cual todos parecen ser puntos a favor de este tono. ¿Todos? Lo cierto es que también tiene contras, sobre todo en el caso de que haya niños en la casa, ya que es un color que se mancha mucho.
Si hace una década la moda era pintar toda la casa en color e incluso combinar pintando paredes en diferentes tonos, hoy ya no está de moda hacerlo. Eso no significa que la sobriedad sea tendencia, o que todas las habitaciones tengan que ser uniformes. Lo que está de moda es combinar la pintura con recubrimientos en madera o con papel pintado, consiguiendo acabados de lo más variopintos y que permiten personalizar cada habitación con un gran lujo de detalle.
Evidentemente, todo eso supone aumentar el presupuesto ya que incluso haciéndolo nosotros mismos hay que comprar todo el material necesario para llevar el trabajo adelante. Pero los resultados serán muy satisfactorios y harán que nuestra casa no se vea igual al resto, incluso si vivimos en un bloque de apartamentos todos exactamente con la misma distribución. Si eres manitas, puedes hacer el trabajo poco a poco, dedicando tiempo y mimo a cada habitación en lugar de afrontar la obra toda junta, lo que lo hará más asequible.